Por Antonio Garabito
El PRD pasa en estos momentos por la cuarta
división en los últimos 41 años, la primera se produjo en el año 1973, cuando
uno de sus fundadores y principal líder en ese momento decidió dejar la
organización y formar un nuevo partido. En ese momento el profesor JUAN BOSCH
afirmaba que el PRD había cumplido con su cometido histórico y qué en
consecuencia ya no tenía razón de ser su existencia.
Con el Profesor Bosch se fue un número reducido
de dirigentes, los jóvenes de mayor proyección política se que quedaron en el
PRD y prueba de ello es que tres de esas figuras en los siguientes 10
años fueron presidentes de la República representando la boleta blanca, me
refiero a Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco y Jacobo Majluta. El más
aventajado de los que se quedaron no llegó a la presidencia, sin embargo se
convirtió en el líder más legendario de ese partido y del país, José Francisco
Peña Gómez. Lo que indica que en el 1973 no fue tan difícil recomponer al
PRD y convertirlo rápidamente en una opción de poder.
En el año 1990 se produce la segunda división
formal del PRD, como consecuencia de las contradicciones internas surgidas
entre Peña Gómez y Jacobo Majluta, surgidas a raíz de la convención del 1985,
en la que resultó electo Jacobo candidato presidencial para las elecciones del
1986, el Majluta formó el PRI y Peña, que había formado el BIS, logró hacerse
con la legalidad partidaria, producto de una decisión de la Junta Central
Electoral y se quedó como líder único del PRD; pero esa división relegó a ese
gran partido a la tercera posición en las elecciones del año 90.
A Peña Gómez le costó mucho trabajo convertir al
PRD en un partido con vocación de poder. Ese líder de un gran arraigo popular,
con una identificación como ningún otro con las masas populares, con gran
prestigio nacional e internacional, con un carisma pocas veces visto en un
líder latinoamericano, con una gran definición ideológica y con una enorme
credibilidad moral y política, se vió forzado a caminar de palmo a palmo el
territorio dominicano reorganizando el PRD y convenciendo a la población de que
ese partido todavía era un instrumente efectivo para llegar al poder y producir
las transformaciones políticas, económicas y sociales, para conjurar los
grandes males que afectaban a la sociedad y aún así el PRD que ya había perdido
en el 86, perdió en el 90, en el 94 y en el 96.
En el año 2003 se produce la tercera división
formal del PRD. Un grupo enquistado en el poder decide romper la regla de
oro de la alternabilidad en el liderazgo y en el poder, ya muerto Peña Gómez,
forsa una reforma constitucional para propiciar la repostulación de Hipólito
Mejía como candidato a la reelección presidencial.
En esa ocasión se fue Hatuey Decamps, a la sasón
presidente del partido y formó el PRSD, acompañado por un grupo minúsculo de
personalidades de una gran trayectoria partidaria, con una gran historia en las
luchas por las libertades públicas y la consolidación democrática en el país,
sin embargo, ya en ese momento con una escasa vinculación con las bases de ese
partido; además, aunque era figura icónica, en ese momento Hatuey
no era el principal líder de esa organización. En el 2003 como en el 1973 se
quedaron la mayoría del liderazgo mayor del PRD, pero a diferencia de la primera
división en esa el PRD perdió miserablemente en el 2004, perdió en el 2008 y a
juicio de algunos, la derrota el 2012 tiene en una de sus causas las brisas de
la división del 2003.
“La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios” Juan Bosch
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