El Pueblo de Cabral y sus edificios públicos

Por Welnel Darío Féliz

El jueves 22 del pasado mes de agosto, la Junta Central Electoral inauguró un edificio para las oficinas de la Oficialía del Estado Civil y la Junta Electoral del municipio y, además, un centro de cedulación.

Esta edificación se levantó en un solar ubicado en la calle Libertad –donado por el Club de Leones- en el centro del pueblo. La construcción es de concreto, en dos niveles, puertas delanteras en cristales, parqueos y todas las condiciones para proteger la importante documentación que reviste los libros de actas del estado civil. Es una obra que viene a cambiar el aspecto urbano.

En el pueblo, no son muchas las edificaciones estatales o levantadas por el Estado que sean algo imponentes. De las existentes, la mayoría son vetustas y de escasa remodelación. De hecho, de las más importantes, el año de construcción se pierden en la memoria pueblerina y todas, en su momento, contribuyeron a transformar la fachada de la ciudad.

Hasta la década de 1950, las edificaciones que acogían a las entidades del Estado y las privadas (como la Iglesia Católica) eran de madera. De hecho, las casas eran de este material, la mayoría de tablas y cobijas de palma y de tejamaní. Sus calles no tenían petróleo –con excepción de la calle Duarte- y en los barrios solo eran callejones y trillos, algunos con tocones y hierbas. Una de las primeras construcciones fue el parque, que se levantó, con mucho esfuerzo del ayuntamiento, en 1944, inaugurándose el 27 de febrero de este año.

El decenio de 1950 fue de importancia para la transformación urbana del pueblo. El 24 de octubre de 1954 fue inaugurado el edificio que acoge el liceo secundario de la comunidad. Allí se comenzó a impartir docencia de inmediato y el solar donde estaba la vieja escuela fue destinado a levantar el templo católico, el cual entró en funcionamiento en los años finales de esta década. Asimismo, hacia 1957 inició la construcción el palacio municipal, el que fue se inauguró el 27 de febrero de 1958. Este edificio es la misma sede actual del ayuntamiento. Estas obras se levantaron en la calle principal del pueblo: la iglesia y el palacio frente al parque.

En estos años, el Estado auspició la construcción de un colegio para jóvenes, regenteado por la iglesia católica, así como una casa curial, poco después de instaurarse la parroquia Nuestra Señora de Los Remedios con un cura fijo. Ambas edificaciones se inauguraron en 1960. Estos edificios se identifican hoy, popularmente, con la actividad de su destino, o sea, “El Colegio” y “La Casa Curial”.

Hacia 1956, próximo al viejo templo católico se comenzó a construir el local del Partido Dominicano, cuya estructura era similar a todos los existentes en el país. Este edificio acogió, en la segunda mitad de la década de 1960, al hospital público, al que se le llamó “La Maternidad”. Con la entrada en funcionamiento del hospital, en los primeros años de la década de 1990, fue habilitado para el distrito escolar.

El decenio de 1960 trajo unos edificios, como la importante escuela municipal, bautizada como “Catalina Pou”, de cuatro pabellones. En la de 1970, el pueblo vio instalado su mercado, inaugurado en 1974, su importante edificio del club de la población, se levantaron varias escuelas en algunos barrios y se vio surcado por kilómetros de canales que encauzaron los ríos. Para mediados de la de 1980, una modesta construcción acogió a las telecomunicaciones y en los inicios de 1990, como dijimos, se inauguró al hospital –que había iniciado su construcción en los años finales de la década de 1970.

Todos estos edificios, con excepción del mercado, mantienen su vigencia, algunos, como el palacio municipal y el liceo, con algunos problemas en su estructura. Es así que se trata de construcciones importantes, que son parte de la historia urbana, política, social y económica del pueblo. Todas constituyen símbolos con que la gente se identifica. Son patrimonios arquitectónicos del pueblo, aunque como tal no se hayan declarado.

Es así que estas edificaciones, como la del correo, el liceo y palacio municipal –por ser las más cercanas-, contrastan con la nueva obra de la junta, pero tal no le resta importancia histórica, identidad, interés social y cultural, sino más bien que las potencializa, ellas son parte de los cabraleños, parte de la evolución del pueblo, testigos de las luchas de sus pobladores.

No significa en lo absoluto que no sería importante contribuir a las transformaciones de los edificios públicos del pueblo, a su ampliación y adecuación, pero tales sobre la base de la protección de la fachada histórica de los mismos.

En hora buena el nuevo edificio de la Junta Central Electoral, que viene a unirse a los viejos, para continuar construyendo la historia  del pueblo de Cabral.
  “La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios” Juan Bosch

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