“Si yo me
callo, gritarían las piedras de los pueblos de América Latina”.
Hugo Rafael Chávez
Frías
(28 de julio de 1954 – 05 de marzo de 2013)
Por Yassir Féliz
Le dije ayer a mi padre que no
escribiría nada acerca de ese ser humano que minutos antes había muerto en el
mismo lugar donde nacía su mito; pero ¿cómo contener las lágrimas
cuando corren como ríos en nuestros ojos? ¿Cómo evitar no escribir los
sentimientos cuando estos ocupan cada espacio inimaginable de mi ser físico y
mental?... por más que he resistido, me ha vencido. Sí, me ha vencido el
autonegado sentimiento de poder escribir lo que mis ojos callan ante la gente y
lo que mi corazón sufre desde que supe la desdichada noticia de la ida de este
mundo de la voz y la presencia física del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Hemos escuchado y escucharemos millones
de cosas sobre “El titán de Sabaneta”. Los hombres como Hugo Chávez son de esos
seres humanos cuya impronta imperecedera se engrandece mucho más cuando viven cada
día en su vida y mueren cada segundo de su muerte.
Se ha ido Chávez el solidario. Se
extinguió la impetuosa voz que con gallardía bolivariana marcó de manera paradigmática
el antes y después de estas tierras olvidadas donde el pobre solía valer lo
mismo que un cero. Se marchó como sombra sigilosa aquel inquebrantable guerrero
que defendió con bravura la soberanía, la hermandad y los pobres del Bravo
Pueblo. Ha sido callado por siempre el grito que a diario clamaba por la emancipación
de los pueblos del mundo y de los pueblos de su amada Latinoamérica.
Lo que no podrá callar ni matar
el control económico de las oligarquías mundiales, ni mucho menos su muerte, es
el legado y las semillas dispersadas y dibujadas con dignidad, hidalguía y coraje
en cada uno de los corazones de todos aquellos a los que Dios nos honró de
vivir en su época.
¡VIVA LA SOLIDARIDAD, VIVA
CHAVEZ!
“La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios” Juan Bosch
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