Como fuente inagotable de agua fresca, así es el pueblo de Cabral para convertir sus vivencias cotidianas en historias inverosímiles que trascienden las fronteras municipales y con facilidad y rapidez de rayo llegan a tierras extranjeras, inmortalizandolas por siempre con frases de alto contenido filosófico.
Una de las más populares historias de nuestro pueblo, por no decir la más popular de todas, se remonta a mediados de los años 90’s cuando Silvio Camelia y Mario El Toti (o Mario El Sucio) protagonizaron una épica batalla tan digna como aquella de Aquiles y Héctor en Troya.
Ambos personajes habían hecho historia con las innumerables e indescriptibles peleas de sus gallos en el Coliseo de Máquina, el patio de Pablo Urbáez, en el play de Batey Paja, Los Mangos de Ubélica, La Isabela , en el Pueblo Arriba, Pueblo Abajo, el Llano y todo patio, calle, callejón o guarida donde el ¨Deporte Rey¨ de los Rinconeros hacía su estruendosa apuesta.
Resulta que Silvio y Mario, enemigos a muerte en asuntos gallísticos, llevaron la eterna pelea de sus crías del deporte de “Picos y Espuelas” a lo personal. Iniciándose así unas discusiones en todo lugar donde se encontraran.
En una ocasión se citaron (no con gallos, sino con puños) a lo que yo defino como la pelea más trascendente que ha tenido a Cabral en su histórica. En el frente de la Iglesia Católica , ese domingo se dieron cita y junto a ellos llegaron todos los galleros del pueblo, además de las personas que esa tarde participaban de las tradicionales “vueltas” al parque para ver una pelea que nada tenia que envidiarle a la de Muhammad Alí y George Foreman.
Como era domingo, Silvio Camelia se puso una ropa nueva para dar un vuelta después de la pelea, pues era el favorito en las apuestas. En cambio Mario El Sucio se puso su ropa de siempre….. 5:50pm e inició la pelea, y antes de los primero 5 segundos ya había sangre en la valla, y no era del torero.
Pescozones vienen, pescozones van, estrellones, saltos por los aires y galletas a granel entre ambos luchadores se arrastran por el calido pavimento de la calle…. Y ya, a dos minutos de haber iniciado la pelea, la multitud que seguía la pelea logró separar a las fieras que con tanto deseo y odio peleaban, llevándose Mario la peor parte..... viendo ya el desenlace se la pelea, saliendo Silvio como el gran campeón, la multitud que se concentró en las auferas de la iglesia que vitoreaban a son de “Silvio Camelia… campeón...... Silvio Camelia…. campeón”
Con la boca “chorriandole la colorá”, cuatro "peloteros"menos, un ojo "aboyao", la cara "aruñá", tirado en el caluroso pavimento y sin fuerzas para levantarse, Mario observó que el único daño provocado por el a Silvio era que le habia roto la camisa. Casi en ese mismo instante, Silvió, de manera aspavetosa, prepotente y arrogante le voceó: “Viste buena cagá, te partí la boca”
Mario, cual filosofo de la antigua Grecia pero con la inteneligencia innata con que nacemos los Cabraleñ@s, solo atinó a decirle “Si, Silvio, y qué?, e’ verdá, ME PARTITE LA BOCA, PERO TE LA VOLVI TIRITA”
Provocando esto carcajadas que aún resuenan en las afueras de la iglesia del pueblo.
Es por eso que cuando hayamos perdido una apuesta, siempre debemos sacar de abajo y lograr encontrale el lado flaco a nuestro adversario, y auque casi nos haya matado, recordemos a ese filósofo cabraleño llamado Mario El Sucio, y acuñemos la frase: "Me partite la boca, pero te la volví tirita"
"Siempre digo la verdad, incluso cuando hablo mentiras"

1 cometarios:
esto es mentira y que me perdone quien lo escribio, .
Esto paso a mediado de los 80,s y todo joven que vivia en la calle sanchez y duarte en esa epoca lo vio.El problema fue entre mario totin y mariano (me mordio un caballo) .Antes de publicar alguna mentira investiguen por favor.El mas pesao
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