Por Welnel Darío Féliz
Las Salinas es uno de los pueblos más longevos de la región suroeste. Las versiones orales actuales sugieren que Las Salinas fue fundado por Juan Félix en la década de 1730 (lo cual no tiene mucho sustento histórico, pues Juan Félix adquirió tierras de la zona en 1750), mientras que informaciones de 1882 refieren que la oralidad del momento situaba sus inicios en los primeros años del siglo XIX.
El pueblo Las Salinas se fomentó bastante durante el siglo XIX. Para 1840 poseía unas 84 unidades productivas, divididas en 38 labranzas y 46 hatos, lo que da la idea de una población aproximada de unos 300 habitantes. En los años posteriores a esta etapa, los datos se tornan imprecisos, aunque todo indica que mantuvo un crecimiento paulatino de sus habitantes y con ellos su importancia en la región. Hacia 1863 era una sección perteneciente a Neiba.
Hacia 1943, al momento de producirse el traspaso de la sección Las Salinas a Cabral, su población se calculó en 1,353 personas y para 1950 ya sumaba 1,351. Veinte y un años después, hacia 1970, la población tuvo un crecimiento de casi un 500%, al elevarse a 5,414, arribando a 5,879 en los 12 años posteriores.
Como puede observarse, el pueblo Las Salinas mantuvo un astronómico e importante crecimiento a partir de 1950. Tal elevación tuvo varias causas, dentro de ellas, el impacto sustancial de la explotación minera de sal y yeso, que inició sus operaciones en los primeros años de la década de 1940, lo que atrajo personas de otros lugares a radicarse allí, generando empleos y circulante; por igual, el correlativo impacto económico de tal explotación, que generó un aumento del comercio y, por tanto, prohijó el bienestar general.
Todo el bienestar económico que irradiaba la explotación minera comenzó a mermar a partir de 1997, cuando dicha extracción fue privatizada y reducida a lo más mínimo, trayendo como consecuencia la pérdida de puestos de trabajo y, en consecuencia, deterioro de recursos económicos y todas sus consecuencias.
Ya a los pocos años el impacto de la casi desaparición de la actividad minera fue notorio. Hacia 2002, aun con el crecimiento natural, la población se redujo en 651 personas, cuando se calculó en 5,228 personas, lo que representó un decrecimiento cercano al 12% en 9 años.
Para el censo del 2010 el estado general de la población es alarmante, pues se volvió a registrar una disminución de 525 personas. Para este año, el número de habitantes se registró en 4,703, manteniendo el mismo decrecimiento cercano al 12%, en esta ocasión solamente en 8 años. Como puede observarse, la tendencia de decadencia poblacional viene siendo marcada, manteniéndose invariable en los últimos veinte años, lo que nos permite considerar que Las Salinas podría reducir su población cercana a la que poseía en 1943 en los próximos 60 años o tal vez mucho menos.
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