La fundación y primeros años de la Villa Neiba

 Mapa político de la Provincia de Bahoruco, donde la cuidad de Neiba es la capital y la cuidad central.


Por Werner Darío Féliz

Al igual que Cabral, Barahona, Duvergé, San Juan y otros pueblos del sur del país, la fundación de Neiba es un tema controversial, principalmente porque, hasta ahora, no existen documentos precisos que indiquen la iniciativa de la erección de la villa.

El tema ha sido ampliamente tratado por el historiador duvergence Rafael Leónidas Pérez en su Fundación de Neyba. En el trabajo, el veterano historiador  realiza una interesante recopilación de informaciones relativas a las diversas opiniones sobre dicha erección, resaltando el esencial papel de Neiba de la historia suroestana, su demografía, cultura y sociedad.

Las consideraciones sobre la fundación del pueblo son variadas y disímiles. Armando Sosa Leyba, en su trabajo Historia Emocional de Neyba, entiende que el poblado fue erigido en los últimos años del siglo XVI y destruido durante las devastaciones de 1606. Contrario a Sosa Leyba, la mayoría concuerda que fue fundado en la década de 1730. Carlos Nouel, en sus estadísticas de fieles de la iglesia Católica de 1888, consignó que dicha parroquia fue fundada en 1730 y siglos antes que él, el gobernador colonial José Solano y Bote, en un informe de 1773, señaló que fue fundado en 1735. A estas dos últimas opiniones muchos se han unido. Emilio Rodríguez Demorizi, en su Relaciones Geográficas de Santo Domingo asume el año 1730 y lo propio hace José Luis Sáez en su trabajo El Padre Fuertes; otros, como Frank Moya Pons en su Manual de Historia Dominicana acepta al año 1735, al igual que Erwin Walter Palm en Los Monumentos arquitectónicos de la Española, Antonio Gutiérrez Escudero en su trabajo Población y Economía en Santo Domingo 1700-1746,  Manuel Vicente Hernández González en La Colonización de la Frontera Dominicana 1680-1795  Y La Enciclopedia Dominicana, en su aparte referente a este municipio.

De todas las opiniones, la que podemos aceptar es el año aportado por el bien informado gobernador José Solano y Bote, pues la referencia no solo se sitúa en un espacio temporal más cercano al año de su posible fundación, sino que ciertamente se acerca a fechas relacionadas con la dinamización de los poblamientos suroestanos y del comercio con los franceses posicionados en los territorios del oeste. Sobre ello, el viajero martiniqueño Moreau de Saint-Mery señaló en su Descripción de la Parte Española de Santo Domingo, que  fue después de 1730 cuando los españoles fundaron trabajos en la zona, años en los cuales se comenzó a permitir el legal comercio.

Sea cuando fuere fundado, lo cierto es que en 1740 ya Neiba existía. Pero no se considere una ciudad o gran poblado, Hernández González refiere que en esas fechas solo debió erigirse una ermita a San Bartolomé con algunos bohíos de tabla, palma y yagua en sus alrededores, tal vez muy poco poblada. Como tal, no poseía la condición de parroquia y villa, o sea, no tenía cura permanente ni ayuntamiento.

Lamentablemente las noticias en torno a los inicios de la villa son escasas. Es posible que el poblado se erigiera con cierta organización urbana o por lo menos que asumiese tal en los años subsiguientes. Tal vez la ermita definió una característica urbana radiocéntrica, la que tenía su plaza central principal y desde ella, con el modelo cuadricular característico de las ciudades hispanas en América, partían calles rectas tiradas a cordel, las que eran cortadas transversamente, formando manzanas cuadradas o rectangulares. Todavía al siglo XXI puede observarse esta característica alrededor del viejo templo católico y en toda la ciudad.

La evolución poblacional y jurisdiccional del pueblo fue lenta, al igual que el número de habitantes del valle que concurrían a su ermita, los cuales eran muy pobres, mucho más que los que vivían en San Juan. En 1740 el Arzobispo Álvarez de Abréu  señala que el poblado tenía unos 80 vecinos, esto es, unas 400 a 450 personas.

Las condiciones eclesiásticas y jurisdiccionales cambiarían después de 1751. El 18 de septiembre de este año, una fuerte sacudida sísmica afectó la isla, la cual destruyó la villa de Azua, incluyendo su templo. La sacudida generó pavor a los azuanos, los que motivados por su sacerdote, abandonaron el lugar y refundaron a orillas del río Vía. Los efectos de tal destrucción fueron aun peores, pues muchos de sus habitantes aprovecharon y se marcharon hacia el valle de Neiba, en donde podrían encontrar mejores posibilidades económicas, principalmente a partir del comercio con los franceses. Estos traslados verificados en pocos años se unieron a una lenta migración interna hacia el lugar que se venía realizando desde los primeros años del siglo, lo que provocó que el cabildo de Azua protestara, pues veía languidecer su población. Asimismo, hay que observar, por igual, movimientos humanos hacia el valle desde la zona francesa.

Todas estas situaciones motivaron los cambios en Neiba. Hacia 1759 a la ermita se le da la condición de curato o parroquia –la que se venía pidiendo desde 1740- y se le asigna un cura permanente, otorgándole la condición de villa, con la posibilidad de formar su ayuntamiento. En 1783 este estaba integrado por Francisco Méndez, Antonio Félix, Miguel Agüero, José del Cristo, Blás Ramón de Arellano y Agustín Pérez.

En los años siguientes la población del valle se elevó. Hacia 1760 el número de habitantes fue calculado en unas 104 familias -24 más que 1740- con 693 personas -6.67 individuos por familia- y para 1,782 se había más que duplicado, alcanzando las 1,427 hombres, mujeres y niños. Podemos colegir, a partir del crecimiento de estos años, que para el año 1800 la población pudo llegar a unas 2,000 personas.

Como es observable, en sus inicios Neiba era solo una aldea, con escasa población y condiciones urbanas. Pero la dinámica económica explosionó su número de habitantes en el decurso del siglo XVIII, cambiando su condición jurisdiccional. Con esta evolución devino, por igual, en transformaciones económicas y cambios sociales. Pero de tales cambios hablaremos en otras entregas.

"I always tell the truth, even when I lie"

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