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3ra Parte: Un Pacto de Amistad Entre Dos Amigos


Por Eliezer Olivero
Autor Jose Maria Lorca Parra

Sara y David prolongaron la conversación acerca de Jonatán durante la comida intercambiando puntos de vista sobre la amistad.


Luego de terminada la conversación Sara se dirigió al vestíbulo mientras David inicio su acostumbrada lectura periodística, tras el humo del tabaco y el vapor del líquido negro, en la cual se detiene en el novedoso titular que beneficiaria a casi quinientos presos mediante decreto de indulto por el gobierno a solicitud del Procurador.


No habían pasado tres minutos de lectura y Sara regresa donde su amado:

Preguntan por ti, David.

¿Quién? No le habrás abierto. Es peligroso. Hay a casi quinientos hombres en las calles y la Dirección de Prisiones aconseja a los ciudadanos extremar la vigilancia.

¿Cómo es la persona? El es descuidado y famélico, casi harapiento, aproximadamente de tu edad e insiste en verte. No estoy. Dale la dirección del reformatorio e infórmale de que allí ofrecen comida y cama gratis.


Sara conocedora de la situación, exclama con pena ¡pobre hombre! mientras el hombre demuestra un corte de vergüenza por el feroz reproche, en tanto David comenta, nunca se sabe si son verdaderamente necesitados, si se trata de pícaros o si son malévolos. No podemos ponernos en riesgo en este momento con casi quinientos presuntos delincuentes en la calle. Además la caridad no soluciona nada.


Sara sabia que el asunto de la marginación social era una vieja llaga sobre el alma de David, recrudecida ahora por el hecho de ser un hombre público.


¿Que te dice Jonatán en la carta?

Me explica su versión de aquella ruptura y además me anuncia que vendrá a visitarnos en cualquier momento, visita que anhelo ver cumplida la cual entiendo me restituirá para el pacto de amistad que yo rompí solo por la ceguera de cierto fanatismo juvenil.


Todo esto significa que no rompiste definitivamente David. Ni siquiera lo hicimos formalmente. En cierta ocasión quedamos citados en la Cafetería Payan, y ya ves, hasta ahora… cuando ya daba por muerta esta amistad se le ocurre volver a la cita ocho años después. ¿Tú lo entiendes? Todos rectificamos David. Si, pero me preocupa si lo reconoceré. ¿Y él a ti? ¿Te reconocerá, David?


Ni Sara ni David se habían percatado que aquel hombre, descuidado, famélico y casi harapiento, que toco a su puerta y con insistencia procuraba ver a David era Jonatán. Ni siquiera porque le había avisado antes de su visita.



Queridos Chukunautas en la próxima entrega le contaremos el desenlace final


"I always tell the truth, even when I lie"

2da Parte: Un Pacto de Amistad Entre dos Amigos



Por Eliezer Olivero
Autor Jose Maria Lorca Parra

Con el pliego de la carta todavía doblado sobre sus rodillas y una sonrisa aflorando una resignación no bien encajada David retrocedía en la vuelta del tiempo, fijando sus ojos en un lienzo desnudo de la pared y vestido con un impecable traje gris de alto ejecutivo, notó su cuerpo ingrávido sobre el sofá, y así permaneció no sabría decir cuánto tiempo. Hasta que la voz de su joven compañera, Sara, vino a espantar los fantasmas de su adolescencia.


¿Te ocurre algo, David? Has dejado caer en la moqueta toda la ceniza de tu preciado Tabaco.

Perdona, es la fatiga de toda la mañana. Yo mismo la limpiaré.

Pienso que hay algo importante en esa carta, contesta ella.

Se trata de Jonatán un amigo de infancia que fue más que un hermano.

Nunca me hablaste de él.

El era agua pasada cuando me conociste. Además su amistad era más allá de todo interés. Solo nostalgia. Nos unió un afecto entrañable. Ni dentro ni fuera del partido, pude contar con alguien tan generoso.


David hombre habitualmente distante y frió para todos los asuntos ajenos a los estrictamente familiares, comenzaba a expresarse con inmensa afectividad provocando esto en Sara algún interés de saber que realmente sucedía y logrando asomarse junto a él y comentar en tono confidencial le expreso:


Dicen que la buena amistad se puede comparar a un matrimonio del espíritu, ¿Cómo era él?

Frívolo y despreocupado de todo compromiso comunitario respondió David, agradecido por aquella ocasión de desahogo que le brindaba su amada. Hicimos juntos los dos primeros semestres de Economía pero, mis largas parrafadas acerca de la igualdad de oportunidades no lograban prender en él la más mínima llama de entusiasmo. Disfrutaba de un talento poco común, pero se limitaba a aprobar los exámenes; coleccionaba chicas como si fueran mariposas; coleccionista de discos, un hijo de papi y mami al que yo catalogaba de anarquista de derechas, sucumbiendo en la vorágine del consumo.


Pero ¿cómo conseguiste congeniar por tanto tiempo?, pregunta Sara. En nuestra juventud habíamos establecido un pacto secreto de amistad, y hacíamos lo imposible por cumplirlo contesto David. Eso daba solidez y garantía a nuestra relación cuando surgía alguna discrepancia o desavenencia, hasta que la política nos separó abismalmente. Pero la auténtica amistad no se compone solo de tener ideas comunes. Hay otras cualidades agrego Sara, sí pero, yo creía con firmeza que no hay otros ni más fuertes lazos de unión entre las personas que los de la clase social a la que se pertenece. Grave equivocación la de querer descomponer y analizar el amor en clave de socioeconomía respondió Sara.


Yo estaba convencido de que a los secretos compartidos y a la fidelidad había que anteponer la fe en la misma causa pero, él seguía siendo un hijo de la clase adinerada, en tanto que yo lo era del pueblo más humilde. Desde mi punto de vista, sólo podíamos seguir unidos si me acompañaba a transformar aquel orden injusto, termino argumentando David.


Sara esbozó una sonrisa de incredulidad. Para ella estaba demasiado claro que la gente es dueña de virtudes y defectos bajo cualquier ambiente y circunstancia. Aunque cambien los gobiernos, las personas acaban siempre por parecerse demasiado a sí mismos. Tú, por ejemplo, David, ayer eras casi un desconocido incluso entre tus compañeros de partido, y hoy has pasado a ser el administrador del Banco Publico. Sin embargo, yo todavía no he apreciado esa diferencia, no porque resulte invisible, sino porque la veo demasiado efímera.


Sara y David prolongaron la conversación hasta la comida e intercambiando puntos de vista.


Como no queremos cansarlo con mucha lectura en la próxima entrega le contaremos hasta donde se extendió la conversación.


"I always tell the truth, even when I lie"

1ra Parte: Un Pacto de Amistad Entre dos Amigos



Por Eliezer Olivero
Autor Jose Maria Lorca Parra

Como siempre estamos pensando en la suerte informativa, noticiosa y culturización de los queridos Chukunautas esta vez publicaremos una historia que descubrimos en nuestro apreciado tiempo de lectura, el cual esperamos les sea de mucho provecho a todos. Solo le pido prestar mucha atención y reflexionar en cada sección ya que producto de su alto contenido estará divida en varias publicaciones.


Esta es una historia del escritor José María Lorca Parra y está basada en dos amigos, en la que el escritor utiliza los nombres David y Jonatán, quienes producto de un amor mutuo, establecieron en su juventud un pacto de amistad para siempre.


De manera sorpresiva Jonatán desaparece sin dejar rastro ni noticias familiares situación que hizo que David pensara que aquella perdida le había cerrado un capitulo importante en su libro de las amistades, pero al cabo de ocho años saltó la sorpresa al recibir inesperadamente una carta del amigo a quien suponía desaparecido. Con una curiosidad que le alteraba el pulso, fruto de viejas emociones removidas, desplegó el papel y se entrego a la lectura:


Querido amigo David:

Mil veces te habrás preguntado qué habrá sido de esta calavera desde que me marché del pueblo. Sé que perdonaras este largo silencio que no estuvo motivado por mi naturaleza irreflexiva. Me alejé de ti conscientemente cuando consideré que nuestro compromiso de amistad se hubo roto por fuerza de insalvables distancias. Ahora, con más edad para pensar, remuevo las causas de la separación y me afirmo en que no pudo ser de otra manera. Sin embargo, imposible me ha resultado borrar este misterio de comunicación interna que se produce entre quienes vivieron íntimamente unidos los bravos años de la juventud. Me imprimiste una huella inevitable, que constantemente me remite a la antigua fidelidad como a una dulce herida.


Recordarás que nuestra relación se comenzó a quebrar a partir del modo opuesto con que a los veinte años nos situábamos frente a la realidad de la vida. Tú pretendías cambiar el mundo en diez días, mientras yo me limitaba a vivir el momento presente, ajeno a idealismos políticos, en los que no creía. Teníamos estilos diferentes: tú eras discreto, silencioso y más fuerte que yo, porque poseía la fuerte autoridad del rebelde y el sordo forcejeo de la constancia, mientras que la jovialidad y el encanto exterior eran enteramente míos. Tu vigor mental y mi alegre atrevimiento producían una mezcla complementaria y luminosa, capaz de otorgarnos una seguridad invulnerable. Hasta que esta calidad que nos unía vino a ser la causa de nuestro alejamiento.


Tal vez un diálogo oportuno lo hubiese remediado, pero yo no estaba para cavilaciones. Sólo interpretaba que intentabas dictar tu imagen sobre mí y eso agredía mi derecho de ser distinto. Yo te estimaba como compañero, no como padre ni como maestro. Amistad y dominio se excluyen mutuamente. Me gustaría que variases la idea de que te retiré mi confianza por miedo a que me contagiases tu inconformismo social. Por lo demás, a mí también me dolió aquella ruptura, máxime cuando para entonces habíamos superados muchas pruebas, sin que nuestra amistad pereciera al aire de cualquier rencilla o discrepancia.


No dispongo de demasiados datos sobre ti, pero supe que te has casado y que ocupas un puesto de relevancia en la Administración Publica. Si eludo relatarte mi situación actual es porque pienso abrazarte en seguida. Sólo te adelanto que he sufrido mucho últimamente y que el dolor me ha madurado como persona. Te visitare luego. Hasta pronto amigo.


Queridos Chukunautas en la próxima entrega le contaremos la reacción que causo en David al saber de su querido amigo.


"I always tell the truth, even when I lie"

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