El nuevo político

Su labor en la comunidad es permanente, no tiene que reaparecer, siempre está allí

Por José Antonio Gil Yépes.

"Ahí vienen otra vez". Esta frase tiene décadas. Representa el desengaño de la población frente a la pauta tradicional de hacer política: Acercándose cada proceso electoral, empiezan a reaparecer los viejos políticos buscando el voto; después de un largo período sin patear calle. Reaparecidos, repiten su monólogo lleno de ofertas que dicen algo así como... "Vota por mí que, cuando llegue al poder, yo te resuelvo". Pero, cuando a uno lo resuelven, la debe, y queda sujeto a una lealtad automática con quien lo resolvió. 

Este es el viejo político, y digo "es" porque, si ésta fue la fea forma de hacer política populista de la mayoría de los políticos puntofijistas, desafortunadamente ha continuado durante una revolución que debería haber comenzado por sustituir la verruga del populismo en la relación Estado-ciudadano por la construcción de ciudadanos capaces, empleados e involucrados en la solución de sus problemas. Pero no fue así, la fórmula más bien fue profundizada añadiéndole el adjetivo "participativa" a la democracia, de manera que quienes le deben al poderoso escuchen y acaten lo que les participa. En el fondo de su alma, el viejo político busca el poder por el poder para sí, no busca construir la polis. 

El nuevo político desarrolla una pauta muy diferente de relación con la población. Su labor en la comunidad es permanente, no tiene que reaparecer porque siempre está allí. Su mensaje no es vota por mí, es su presencia. Su primera acción no es hablar sino escuchar para compenetrarse con los problemas de la comunidad. Su aporte no es dinero ni objetos ni promesas, sino el acompañar a la comunidad para trazar estrategias de acción y realizar acciones en equipo para lograr las metas comunitarias. Ese nuevo político no pide el voto, ¡se lo dan! El poder le cae solo en sus manos porque ya se lo ganó. En el fondo de su alma lo que más quiere es construir la ciudad. No hay dinero, ni control de poderes públicos, burocracias, recursos del Estado, trampas ni ventajismos que valgan. Los buenos ejemplos de este nuevo político son evidentes en la Unidad Democrática y están surgiendo en el chavismo.

“La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios” Juan Bosch