¿Judicializar la política?
Por Wellington Liriano
La República Dominicana es uno de esos países
en donde todo el mundo tiene, o al menos todo el mundo quiere tener la razón,
aún en los temas en que es harto conocido lo imposible, o al menos lo
"dificultoso" que podría resultar demostrar la validez o la certeza,
de los mismos.
No
escapa a quien hace uso de la palabra el hecho de que, en los predios
políticos, el apasionamiento irracional, junto con viejas rencillas, o antiguos
rencores de sucesos quizá de otras épocas, casi siempre campean por sus fueros.
Ese es, precisamente, el rostro más odioso, bajo, visceral, y por tanto animal,
que puede presentar un actor de escenario político alguno.
Siempre apelamos al genio socio-político del
profesor Bosch, y tenemos que reconocer lo avezado de su juicio, cuando enunció
que, en el campo político (en el ámbito puramente sistémico, claro está)
nuestra nación puede, sin lugar a dudas ningunas, darle lecciones a varias
potencias mundiales (Dictadura Con Respaldo Popular). Especificamos que en el
ámbito sistémico institucional, puesto que el comportamiento de muchos, muchos
de nuestros ''activistas políticos", y digo así por miedo a llamarle
"dirigente" a cualquiera que utilice un micrófono para defender o
establecer alguna posición o línea política, sin conocer siquiera el sentir de
sus co-simpatizantes partidistas. No hablo de partido político alguno en
específico, sino de todos ellos; ha dejado muy claro, que necesitamos sustituir
la forma de conducirnos, porque la abrumadora mayoría de estos, sacaría notas microscópicas
en esta materia. Desde esta humilde tribuna, ahora nos lavamos las manos como
Pilatos, y al sacudirlas al aire, le dejamos una gota para todo el que le
caiga...
¿ Judicializar la política?
Ayer, pudimos ver las declaraciones del renombrado
jurista español Baltasar Garzón, para referirse al auto de pronunciamiento de
desestimación de la fiscalía, en torno a la "querella" (también
llamado dicho libelo como 'un mal engendrado adefesio contentivo de mamotretos
mentirosos') que incoara el ex-candidato presidencial Guillermo Moreno, luego
de perder incluso, la personería jurídica, la organización que le llevó como
figura presidenciable en los pasados comicios de 2012, contra Leonel Fernandez.
Esas declaraciones de Garzón, un tanto duras y
contundentes para la bancada de Moreno, son una muestra del interés que genera
cualquier tipo de situaciones que envuelva la figura del doctor Leonel
Fernandez, tanto en el plano local, como en el internacional. Debo poner de
relieve el hecho de que, Garzón, con sus luces y sombras (más luces, por
cierto), ex-juez y que cuenta en su haber la condena del dictador A. Pinochet,
siempre ha sido valorado en su justa dimensión como una voz más que autorizada
en cualquier tema de debates o aportes jurídicos, en cualquier sistema en que
se escuche.
Y, a propósito de lo antes planteado, Garzón
elogió la decision de la fiscalía, de ordenar el archivo definitivo de la
"querella'' interpuesta contra Leonel Fernandez. Consideró además, que la
acción incoada por Moreno contra Fernandez y Funglode, fué una acción
"temeraria, planteada con el único fin de utilizar la justicia como un
instrumento, a los fines de obtener una rentabilidad política espuria."
Este es un punto muy interesante, enfocado por
Garzón en vista de su refinado olfato jurídico
pero esgrimido casi a diario por una gran y creciente parte de la
sociedad dominicana, y por cualquier persona que, sin tener que ser
simpatizante, miembro o dirigente peledeísta, puede ver un poco más allá de la
próxima curva; hemos hecho público ese mismo criterio, de que dicha acusación
no pretende mas que, hacerse el sr Moreno, un espacio político que bien debió
Alianzapaís obtener por votos, de acuerdo con las vías democráticas que ofrece
nuestro "estado social democrático de derecho'', pero, que debido a la
imposibilidad de lograr aceptación mínima de la población, que le rechazó y
apartó del imaginario de poder, ahora se pretende, mediante un intento de
judicialización de la política, restar puntos porcentuales a una eventual
candidatura presidencial de Fernandez en 2016.
Garzón calificó como válida la argumentación de
la fiscalía, en el sentido de que el querellante, Guillermo Moreno
"intenta forzar los hechos para deducir consecuencias penales, donde no
hay delito alguno." Este es un hecho muy ilustrativo, puesto que
colaboradores del sr Moreno en las redes y medios de prensa afines a sus
propósitos e intereses políticos, trataban de "pintar los cielos de
negro", arguyendo que "los tipos penales presentados en el auto
contentivo de la querella, son más que sustentables para perseguir y condenar a
Fernandez." Nada mas lejos de la realidad...
Lo responsable, lo adecuado, lo serio, hubiera
sido que esperaran un resultado, que debía ser un pronunciamiento de la fiscalía
como lo hizo el pasado viernes; pero les interesaba un impacto mediático a esos
agentes. Al parecer, como es una práctica dentro del derecho en RD de 'cobrar
por instancias', la "instancia mediática" deja excelentes beneficios,
para algunos abogados.
Continuando con Garzón, es de opinión que, el
querellante "parte de premisas falsas [luego de observar la tipificación
que ofrece la legislación dominicana] con el objetivo de manipular la justicia,
lo cual constituye una grave falta ética.'' Como diríamos en cualquier
tribunal, luego de establecer claramente un criterio contundente:"no más
palabras, magistrado."
Hay que recordar que Moreno, siempre ha
utilizado la manipulación en sus argumentos, la confabulación con sectores de
un proceder muchas veces contrarios a los intereses nacionales mediante una
parte de la mal llamada sociedad civil,
y siempre su accionar se ha visto marcado por un tajante menosprecio al tacto
político y a la ética. Eso, no necesita espejuelos.
Garzón comparte (y todo aquel que tenga dos
dedos de frente) el criterio de la fiscalía de que "la conducta
antijurídica imputada por el querellante, no existe; y aún en el caso de que se
hubiese valorado su existencia, la misma ni es típica, ni es culpable, ni puede
ser punible."
Aquí debemos tomar en cuenta el hecho
importantísimo de que el jurista no se refiere a Moreno en términos de un
abogado, docto en estos temas; sino que lo hace en términos de que es un
personaje político desacertado en su accionar, porque el criterio de Moreno, en
este "adefesio mal engendrado de querella" no puede ser el de un
abogado; si acaso, el de un mal estudiante de Derecho Penal.
"Este tipo de proceder, -continúa Garzón-
como el que ha realizado el querellante, debería no solo ser perseguido, sino
erradicado del escenario democrático del país. La justicia no puede prestarse a
malas artes, que solo la oportunidad política avala como arma de
coacción."
Reiteramos: ''NO MÁS PALABRAS, MAGISTRADO"
“La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios” Juan Bosch
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