Por Virgilio Gautreaux
Los
verdaderos “DUEÑOS DEL PAÍS” le han entrado como a la CONGA a la Ley 28-01 que otorga incentivos fiscales a las empresas que se
instalen en la región fronteriza de la República Dominicana.
El objetivo político-económico de esta Ley tiene mucho que ver con la seguridad
nacional y la conservación de los recursos naturales (al crear empleos
productivos, se atenúa la destrucción del bosque), además de que estimula la permanencia
de importantes núcleos de dominicanos-especialmente los jóvenes más diestros y
capaces-en la zona más abandonada y desprotegida de la nación.
Los
“DUEÑOS DEL PAÍS” consideran que esta leyecita los está llevando a la quiebra y
es la causa de su supuesta “pérdida de competitividad”, a pesar de que el
gobierno dominicano les inyecta anualmente un paquetón de “incentivos” que
promedia los tres mil millones de dólares, mientras “los monstruos” ubicados en
la región fronteriza, sólo recibieron 30 millones de dólares. Es decir, por
cada dólar de incentivo que recibieron
las empresas “fronterizas”, las empresas
de los “DUEÑOS DEL PAÍS”, recibieron 100 dólares. (ver Comunicado de las
fuerzas vivas fronterizas y del Sur del país, publicado en la Pág. 27 del Diario Libre de
fecha 4 de Febrero 2013).
Hoy
los “DUEÑOS DEL PAÍS” se rasgan las vestiduras contra los incentivos
fronterizos, olvidando de forma expresa que el desarrollo de un paquetón de sus
“competitivas” empresas, surgieron y crecieron amamantadas (durante muchos
años) por la generosa teta fiscal del Estado Dominicano. Desde 1966 los grupos
oligárquicos nacionales disfrutaron a sus anchas de leyes de incentivo
industrial (la 299), agroindustrial (409), turismo (173), Zonas Francas,
Inversión Extranjera y otras.Los banqueros también disfrutan de la
“benevolencia” gubernamental, frente a los abusos contra sus clientes.
Actualmente
el “festival fiscal” en beneficio de los verdaderos “DUEÑOS DEL PAÍS”, les
rinde jugosos beneficios a los hoteleros (Ley 158), las empresas textileras
(Ley 57-07), energéticas (Ley 56-07), Zonas Francas (Ley 8-90), Competitividad
en Innovación Industrial (392-07), cinematográfica (108-10), etc. También hay que citar el Sunami de recursos
fiscales y exoneraciones de que disfrutan la Barrick Gold , la Falconbridge , así
como la Oldebrecht
y otras empresas viales que “aguachapadas” y con poco ruido, reciben la
generosa leche condensada de la teta del Estado Dominicano. Son por montones en
los últimos años los contratos altamente lesivos firmados y ratificados por
nuestros gobiernos y legisladores que sólo benefician a filibusteros y
bucaneros extranjeros.
Los “DUEÑOS DEL PAÍS” deben comprender que el
Estado Dominicano tiene intereses políticos, económicos y de seguridad nacional
que defender en la región fronteriza. Ellos saben muy bien que los “pezones
fiscales” más grandes, son de su uso exclusivo.
Si
hay que revisar la LEY
28-01, debe ser para mejorarla, ampliarla para integrar a Barahona, San Juan y
Azua. Debe ser modificada para que se instale un mayor número de empresas
en la zona más pobre del país, de forma que aumente el nivel de empleos.
Los propietarios de la
República dominicana tienen que entender que en la frontera
la nación tiene intereses estratégicos. Que tenemos que mantener el mayor
número de jóvenes dominicanos en esas apartadas provincias. Que debemos crearle
fuentes de trabajo que le permitan una vida digna y con buenas expectativas de
superación.
A
los “DUEÑOS DEL PAÍS” hay que explicarle una y mil veces que en esta zona el
Estado debe mejorar las infraestructuras
productivas, sociales, educativas, de salud, deportivas y energéticas. Sólo políticas sostenibles en este sentido,
lograrán detener la despoblación dominicana de estas regiones. No toda la
inversión pública debe concentrarse en los proyectos que interesan a los grupos
monopólicos que anualmente controlan una
buena tajada del presupuesto nacional.
Hay
que luchar para que sean creando mayores incentivos fiscales en la frontera para
que aumenten los empleos productivos y de servicios, prestando también atención
prioritaria a que la mano de obra empleada
sea dominicana.
“La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios” Juan Bosch
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