Por Dioris Feliz (Cambumbo)
A partir del ajusticiamiento del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina quien gobernó con manos férrea por más de treinta años, se celebraron elecciones libres por primera vez, en la Republica Dominicana , en diciembre del año1962.
Los Tutumpotes, como se hacían llamar los Tujillistas vive bien, se agruparon en el partido Unión Cívica Nacional, presidido por el esbirro de la dictadura don Viriato Fiallo, en cambio los opositores, aquellos que clamaban participación del pueblos en las deliberaciones del estado, prefirieron hacer causa común en el PRD, fundado en el exilio por el profesor Juan Bosch.
Propiamente hubo un manejo interesado de este certamen electoral de parte de los remanentes del oprobioso régimen que se sentían seguros triunfadores, pero aun con todas sus artimañas se impuso el candidato de la mayoría y el profesor Juan Bosch, del PRD hubo de ser proclamado como presidente de la República.
En el fragor de este éxito sin par en la colectividad Dominicana, no se advertían las intensas diligencias de sectores externos al nacionalismo, por ponerle costo a cualquier visto de comunismo que pudiera penetrar en la república Dominicana, dado el gran giro revolucionario de la vecina república de Cuba recientemente declarada comunista antiimperialista y casi de inmediato se inicia una conspiración sin cuartel para abortar el régimen democrático recién inaugurado, por no ser del agrado de la oligarquía, y de los sectores foráneos.
Aunque la constitución contemplaba un periodo de cuatro años para las autoridades electas, sin embargo el profesor Juan Bosch, para decirlo peyorativamente como él mismo hablaba, duró como Presidente, menos de lo que dura una cucaracha en un gallinero, después de siete meses, la voluntad popular fue malograda por un duro golpe de estado.
De la interrupción violenta de este incipiente proceso democrático fue instalado en la administración del estado El Triunvirato, los mismos remanentes de la oligarquía reacia que vieron en el profesor Juan Bosch un inminente peligro para sus particulares privilegios.
El pueblo no se detiene, prosigue su lucha por restablecer el orden democrático y el veinticuatro de Abril de mil novecientos sesenta y cinco estalla una rebelión cívico militar tan decidida a reponer la voluntad popular de 1962, que de no ser por la infame invasión, cuatro días después, de sesenta mil marines de otra lengua, otra hubiera sido la suerte del colectivo Dominicano.
Los pro constitucionalistas, comandado por el valeroso doble Coronel, Tomas Rafael Fernández Domínguez, después de haber ganado la bélica batalla, valiéndose de la carta constitutiva promulgada en 1963, juramentan al también coronel, Francisco Alberto Caamaño Deñó como nuevo presidente constitucional en ausencia del profesor Juan Bosch, que estaba en el exilio.
Los remanentes del dictador que se resistían a aceptar el triunfo del pueblo, piden desesperadamente auxilio a sectores externos, y estos, que de hecho hacia mucho tiempo exhibían su inmenso poderío en un porta-ojivas anclado en las aguas del mar caribe, entraron inmediatamente en acción terrestre con la sarcástica excusa de venir a salvar vidas, una agresión sin precedente a un pueblo mil veces mas pequeño y desarmado, que de hecho frustró el sueño de los patriotas, de restablecer el orden democrático, otro golpe bajo a la voluntad popular.
Como si los marines foráneos estuvieran escondidos detrás de las rocas de la playa de Gubia del malecón, rápidamente cuatro días después los nacionalistas enfrentaban con valor a los intrusos, que invadieron la nación sin ellos esperarlos.
Las calles de la ciudad primada de América, Santo Domingo De Guzmán fueron escenarios de cruentos combates de defensores nacionalistas contra los extraños invasores. Lamentablemente la poderosa maquinaria del ejército mas sofisticado del mundo impuso su voluntad.
Días después una fuerza militar extranjera camuflageado como Fuerza Interamericana De Paz, tristemente legalizada por la Organización De Estados Americanos, O.E.A., forzó a un gobierno provisional encabezado por Héctor García Godoy, para que este a su vez diera paso a nuevas elecciones.
En 1966, aun con el país militarmente ocupado por los gendarmes del mundo, se convoca a elecciones “libres” de nuevo, a punta de bayoneta, y el profesor Juan Bosch, tercamente vuelve a ser candidato, por el mismos PRD en condiciones claras que favorecían al candidato de la preferencia de las fuerzas invasoras. Fue así como los remanentes de la oprobiosa dictadura de treinta y un años practicando cualquier tipo de tortura contra sus opositores, con su apoyo foráneo, imponen desafiantemente, al candidato impopular del Diablo Dr. Joaquín Balaguer como el nuevo presidente títere, en contra de la voluntad popular, con la orden expresa de neutralizar a como de lugar el fantasma del comunismo, puesto de moda por el comandante Fidel Castro en la hermana República de Cuba.Entonces después de la invasión de los malditos, el pueblo, para referirse a la convocatoria a elecciones supuestamente libres, en vez de la nombraba matadero electoral, porque de antemano se sabía que cualquiera podía ganar menos el candidato indeseado, ese mismo que fue derrocado inmiscericordemente por aquellos traidores que llamaron al invasor a aplastar las ansias liberadoras de un pueblo indefenso.
Con el ascenso del doctor Balaguer a la dirección del estado, el cambio es nulo, sigue el mismo proceder aberrante del dictador, salvo la celebración de falsas elecciones cada cuatro años para dar el visto de legalidad. En esta fase gubernativa las desapariciones y asesinatos de sus opositores estaban a la orden del día, igual que en los tiempos funestos del sátrapa. Así mismo, con un cinismo sin parangón, bajo la consigna: ni injusticias ni privilegios, y con la indolencia del asesino mas audaz, nace un nuevo dictador, con el manto de la elocuencia y una demagogia sin límite: mandaba a matar a tu hijo y después te regalaba las flores del funeral.
"I always tell the truth, even when I lie"