¡Una ambulancia para Tatá!

Con aprecio sincero para mi apreciado Dr. Víctor Terrero
Por: Yassir Féliz
E-mail: Chukunaky@hotmail.com

Don Víctor, quiero contarle una historia que sucedió una Cabral el pasado domingo 30 de enero del año en curso, la cual ha causado en mi, gran pesar y miedo, no por mi, sino por todos los Barahoneros que aún residen en la provincia y por aquellos que tienen que viajar muy a menudo a La Perla del Sur.

Esa mañana del domingo, Doña Tatá, se levantó de lo más normal. Hizo su café, hizo el desayuno de la familia y prontamente se apresuró a su labor de preparar -sin temor a equivocarme- las longanizas más ricas y populares de toda la provincia. Minutos después Doña Tatá, sintiose mareada. Llamó a Franchín -el menor de sus hijos- y le dijo como se sentía. 

Franchín -quien es músico de profesión- observó que su madre estaba en una situación de gravedad, cosa que fue confirmada cuando llevó a la misma al Hospital Municipal de Cabral y en donde por no haber de nada, le dieron "paso" para Barahona. Es importante saber que el trayecto de la casa al hospital y del hospital de Cabral a la Clínica Santo Tomás fue hecho en una "yipeta" de un ahijado de Doña Tatá; ¿usted sabe por qué?, porque la ambulancia del hospital de Cabral, que es el lo que se recomienda para trasladar un enfermo, estaba dañada.

Ya había marcado el reloj las 11:03am cuando arribaron a la Santo Tomás en su "anvulansia" -perdón, Yipeta- y con mucha premura entraron a Doña Tatá a la sala de emergencia de dicha clínica. Su estado era tan delicado y grave que 3 minutos después le dieron paso para la capital, pues los síntomas de una Aneurisma Cerebral eran ya más que evidentes.

Quienes andaban llevando a la Doña a la clínica eran personas de prestancia económica y social de Cabral, por lo que nunca faltó minutos en los celulares y se hizo contactos con todos los hospitales de la ciudad y de la provincia para que se enviara -con mucha presteza- una ambulancia que nunca llegó, no por la desesperación de quienes la llamaron, sino que ninguna, NINGUNA de las ambulancias estaba disponible. Todas estaban dañadas.

Cuando a la 1:15pm no aparecía nada de nada, a Franchín no le quedó más que salir con su madre casi moribunda en un taxi pollito, que por el módico precio de 7mil pesos los trajo a la Plaza de la Salud en Santo Domingo, en donde los médicos que la atendieron en Emergencia le dijeron que su madre estaba viva gracias a un milagro del Dios Todopoderoso, pues nadie con ese cuadro clínico, sin medicamentos y en un viaje tan largo e inusual podría vivir para contarlo. Gracias a Dios, hoy, 10 de Febrero, Doña Tatá vive para contarlo y se recupera de manera satisfactoria en Cedimat de la Plaza de la Salud, con la esperanza de que todos los que pasamos -eso lo incluye a usted- por la calle principal de Cabral podamos nuevamente comer las exquisitas longanizas con el sazón único que Doña Tatá ha mantenido por espacio de más de 50 años.

Doña Tatá -y no está demás decirlo y recordarlo- dedicó casi 30 años de su vida a salvar vidas en el Ministerio de Salud, ya que ella fue la primera enfermera contratada por el Hospital de Cabral; y ella junto a Doña Quica, la viuda de Víctor Bobón, ayudaron a nacer y a curar a casi todos los Cabraleños, Poleros, Listeros y Naranjeros que hoy tienen hoy más de 30 años de edad..... Doña Tatá, esa que ayudó con tanta vida y salud, casi pierde la misma por la negligencia, falta de equipos y mala administración que impera en los hospitales de la región.

En la historia anterior, Doña Tatá, su familia y los amigos son personas que producen el peso, cosa que en la gran mayoría de los casos de nuestra provincia no se da. La Doña Tatá fue ese día la Doña de las Longanizas, la Doña que tiene tres hijos profesionales que producen para cubrir esas necesidades, pero ¿cuantas Doñas Tatás necesitan diariamente de un servicio eficiente de ambulancias para no perder la vida? ¿Cuantas Tatás, que no venden longaniza, no viven en la calle principal, no tiene ahijados con yipetas y no tiene 10 pesos para siquiera un motoconcho?, ¿Cuantas Tatás han perecido esperando su ambulancia? ¿Cuantas ambulancias le han negado a otras Doñas Tatás por no haber un verdadero plan humano, social e incluyente que permita mantener disponibles todas las ambulancias de nuestra Barahona querida?

Don Víctor, Dios la tiene viva para contarlo, Dios la tiene viva para que podamos aprender de esa experiencia, Dios me ha hecho ser amigo de su familia, poder escribir y contar lo que pasó. Dios me ha hecho escribirle esto que espero pueda usted leer y valorar, pues hoy fue Doña Tatá la de Franchín, y que Dios nos libre, mañana puede ser la Doña Tatá suya, la Doña Tatá mía, o la Doña Tatá de cualquier Barahonero.

Se que usted tiene poco tiempo en el cargo, y quizás no esté enterado de esta situación, pero le aconsejo que la investigue y haga las correcciones de lugar para la misma, pues no son pocos los que han muerto por esta ignominiosa situación que afecta a ricos y pobres, a blancos y negros, a grandes y chicos, en fin, a Doña Tatá la que vende longanizas y a la simple Tatá que ni siquiera pude comprarla.

¿No necesita Doña Tatá una ambulancia?, ¿Dónde está la ambulancia para Doña Tatá?.... !Esperamos que aparezca!
 "Siempre digo la verdad, incluso cuando hablo mentiras"

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