Anécdotas Cabraleñas: El Peje Cabraleño.

Son los habitantes de Cabral, quizás los más diestros nadadores del Sur Dominicano. De manera oculta para el deporte internacional, existen jóvenes que dejarían atrás en el nado al atleta Marcos Díaz.

Desde niños se hacen expertos en el juego del Patá jú y se tiran agua con las manos a una velocidad realmente meteórica; hay que ver el espectáculo de un joven cabraleño nadando por arriba y debajo del agua. La proliferación de fuentes de agua, balnearios y el rio Yaque del Sur, hacen las veces de escenarios de entrenamiento de verdaderos Aquamanes del Pueblo de las Cachuas, con capacidad posible de hasta fumar debajo del agua.

A mediados de los 90’s, algunos fueron testigos de una competencia de resistencia de respiración y duración debajo del agua en el centro acuático recreativo del barrio Los Botaos, La Piscina Red Rose. El premio era un plato de chivo y un litro de Brugal; participó en el concurso un Guardia Cabo, que se autodenominaba: El Jurel del Pueblo Abajo, El Peje Cabraleño, quien estuvo a punto de ahogarse en el concurso; duró cerca de tres minutos y medio sin respirar pero ganó el premio.

En Septiembre del 1998, en ocasión del huracán George que azotó inmisericordemente al país, y desbordó el Rio Yaque, uno de los puentes de la carreta Sánchez que comunica las provincias de Azua y Barahona, se desplomó. El paso vehicular fue interrumpido en el puente adyacente al pueblo de Canoa. Grandes multitudes llegaban hasta ese punto para visitar a sus familiares y tenían que devolverse por la fuerte corriente de agua que se desplazaba por ese rio e impedía el paso entre regiones.

Todos le temían al fuerte caudal de agua turbia que desembocaba en el mar en la bahía de Neyba. El diestro guardia del barrio abajo de Cabral, alardeaba que él no se quedaría ahí parado, que él era un toro cruzando "El Paso de Juan" en su pueblo,  y que todos eran unos cobardes. Los presentes le aconsejaban que no se tirara, a lo que el suboficial expresó al lanzarse al canal: "Señores quítense que  yo soy un Peje Cabraleño", y se tiró.

Todavía, doce anos despues están buscando la pistola, y el autonombrado Peje Cabraleño, fue a parar arrastrado por la corriente, a unos platanares inundados a 300 metros del puente, pero logro cruzar al otro lado.

Desde ese entonces muchos cabraleños, cuando rebasan una situación difícil expresan para darse autoconfianza y coba: Es que yo soy Un peje Cabraleño!!!!!!!

Elmer González.

El Patriota Sin Miedo!

"Siempre digo la verdad, incluso cuando hablo mentiras"