El Pueblo de Los Naranjos: A 220 Años de su Fundación


Por Werner Darío Féliz

Los Naranjos o como se consigna en las layes, Naranjo, es una pequeña población ubicada a unos cuatro kilómetros de la ciudad de Cabral. El sitio posee una población con no más de 500 personas, las que viven de la agricultura, de servicios y actividades comerciales varias. Es conocido por ser un lugar de aguas abundantes, frías y de inigualable calidad, lo que prohijó la creación de piscinas públicas y privadas. Es, por tanto, un lugar de esparcimiento de los habitantes de la comarca.


Naranjo es un pueblo pobre, con una sola calle central con no más de unos 800 metros de largo, con viviendas en su recorrido y en las partes traseras, con un habitacional en su entrada construido por el Estado, bien delineado y asfaltado. Sus casas son en su mayoría de tablas de palma o pino, cobijadas de cinc o palma, con excepción de las del habitacional, las que son de concreto, y alguna dentro del pueblo. Su transformación urbana es relativamente reciente. Hasta hace pocos años la mayoría de sus viviendas eran de tejamanil, decoradas con veves, y no tenía servicios de energía eléctrica. Este paupérrimo poblado, aislado y sin muchas esperanzas de transformación, es uno de los pueblos cuya historia de origen resulta de las más interesantes y trascendentales del país.


Los Naranjos fue fundado en la década de 1790. Aunque los historiadores no han dilucidado el tema de la fecha de su fundación y difieren del año del asentamiento definitivo, una cronología nos ha permitido fijar el mes de septiembre de 1791 como el momento en que se asentaron los primeros pobladores.


Los Naranjos fue erigido por los cimarrones del maniel de Bahoruco, lo que constituyó la última reducción de antiguos esclavos y su inserción a la vida civil, bajo la protección de la corona española. El asentamiento allí es fruto de tensas negociaciones realizadas entre los antiguos esclavos y representantes de la corona, que inició en 1883 y se prolongó a 1791.


Es sabido que en el país existieron manieles, siendo los más conocidos: El Maniel, en Ocoa y el del Bahoruco, los que no obstante ser destruidos y esparcidos sus integrantes, su existencia se prolongó por décadas y hasta cientos de años. Aunque el maniel de Bahoruco fue muy esporádico, tomó cierta permanencia tras el establecimiento de la colonia francesa, en el oeste, a principios del siglo XVIII, cuyos esclavos, al escaparse de las plantaciones, cruzaban la frontera y se internaban en la sierra, uniéndose allí a sus iguales escapados de los españoles.


Fueron constantes las persecuciones a los cimarrones y así los ataques de estos a las poblaciones y hatos, lo que mantenía en constante expectativa tanto los primeros como a los segundos. Ya para las décadas de 1770 y 1780, se había recrudecido la persecución, interviniendo también el gobernador francés, poniendo en jaque a estos, los que comenzaron a buscar alternativas que les permitieran la integración a cualquiera de las dos colonias.


Comenzaron así las negociaciones. Los primeros intentos fueron hechos con los franceses, quienes no aceptaron las propuestas, dirigiéndose entonces a los españoles, los que, con mayores problemas, tanto por las incursiones de estos como por lo costoso de las campañas de persecución comenzaron a negociar la reducción. En dichas negociaciones participaron como intermediarios dos hijos de Juan Féliz: Antonio Féliz, que habitaba en el Hato de Cristóbal, y Diego Féliz, este último muy conocido por los habitantes del Bahoruco, pues se mantenía cortando maderas en esas serranías y negociándolas por el puerto de Petit Trou. El representante de los cimarrones respondía al nombre de Felipe.


Las negociaciones iniciaron formalmente en 1783, con el levantamiento de un padrón de los cimarrones y continuaron en años posteriores, levantando un mapa, en 1785, de los sitios y caminos de la sierra. Las negociaciones avanzaban lentas, pues existía mucha desconfianza por ambas partes, y temores por los cimarrones, pues los franceses demandaban la devolución de aquellos escapados de sus plantaciones.


Los principales problemas giraban en torno al lugar de la reducción, pues los cimarrones, que no querían estar muy cerca de los caminos principales, solicitaron a Las Auyamas como el sitio ideal, lo que negaron las autoridades, pues este estaba en plena sierra. Para contrarrestar la propuesta, los españoles ofertaron al Montaso, en Las Salinas, lo que rechazaron los cimarrones, alegando falta de agua constante y no muy buena tierra. Fue así como entonces se decidieron por el lugar ubicado en las orillas del arroyo Naranjo, lugar que si bien no tenía buenas tierras, estaba cerca del Rincón, donde sí había lugares aptísimos para la siembra.


Los cimarrones se decidieron por el sitio, solicitando las cercanas tierras del Rincón, entonces en producción por parte de Antonio Féliz, Paula de la Cueva y Pedro Segura. Aceptada la propuesta, la corona cedió los predios que ostentaba Féliz, pues estos habían sido dados en garantía a la corona por un préstamo que no había satisfecho el propietario. Ya hecho el pacto, en los primeros días de septiembre de 1791 las mujeres y niños bajaron de la sierra y pernoctaron en el Hato Cristóbal, trasladándose a Neiba para escuchar misa, integrándose así a la vida civil. Fue en realidad una acción bien planificada, pues el trato a las mujeres y niños podía indicar el ánimo real de los españoles, pues ya satisfechos por la deferencia, pasaron a formar el pueblo Los Naranjos.


Hacia 1793, este pueblo ya poseía unas 125 personas, los que vivían allí en plena paz y dedicados a la agricultura, tanto en el sitio como en Rincón. Allí fueron bautizados y colocados apellidos sonoros de la región, como Féliz, Pérez, Segura, Cuevas, Rodríguez y otros. Hacia 1810 ya se contabilizaban unas 125 familias, en el orden de más de 600 personas, formando así un grupo humano tan numeroso como el propio pueblo Neiba.


Estos cimarrones transformaron la vida de aquellos lugares, pues todo indica que se asentaron en Rincón, tal vez mayoritariamente en la zona de Los Botaos, en el camino hacia Naranjo. En Los Naranjos está la posible explicación de los orígenes de la cultura folklórica y la vida cotidiana de Cabral, allí hay que buscar los inicios de la formación de la identidad cabralense. Ellos proyectaron su influencia en toda la vida social y cultural de los pueblos del sur.


220 años de la fundación de Los Naranjos, sitio de erigido por antiguos cimarrones, pueblo símbolo de las luchas por la libertad.


"I always tell the truth, even when I lie"

1 cometarios:

Anónimo dijo...

pa fuera es que van.. PRD 55%...
y ahi pagran todo el dano, desrespeto y las drogas, y los lavado desde espana que les han hecho a cabral.. una injeccion letal para los ladrones de cabral incluyendo a maximo garcia, yassir feliz.. tumbador narco labado de 2 millones.. flabio tomas sanchez.. narco ladron de 23 millones del ayuntamiento de cabral. quilibro ladron, falsificador y narco para comprar carro con el dinero del ayuntamiento..
y moriran como murio el ladron-narco del guardaespalda del capo del cartel de cabral.. la bujia y kelin..capos del cartel de cabral.. cua cuca cua...yassir tumbador, ladron del narco labado.. esperando ue el hijo de popo lo linchara.. por ladron.. y asi haciendose pasar por honesto...ladron..narco pa fuera es que van

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