Por Ismael Batista
En los Estados Unidos de Norteamérica, que es un país constituido por una confederación de Estados, la Constitución permite la reelección presidencial por un solo cuatrienio. Si el presidente en ejercicio opta por la repostulación, siempre ha sucedido así, el partido en el gobierno no presenta candidatura interna en competición, de modo que todos los esfuerzos partidarios van en dirección al apoyo del presidente candidato.
En la década de los 90s en
Latinoamérica tomó impulso una corriente de reelección presidencial: en Brasil,
Ecuador y Bolivia han sido reelectos, por periodos presidenciales consecutivos,
los presidentes Ignacio Lula Da Silva, Rafael Correas y Evo Morales respectivamente.
Igualmente ha ocurrido en Venezuela, Nicaragua, Argentina. En
nuestra República Dominicana el ex presidente Leonel Fernández ha
sido reelecto por dos periodos presidenciales consecutivos.
Cobra relevancia en el acontecer
político de sur América, el hecho de que los presidentes reelectos en sus
posiciones están avalado por un buen desempeño de sus funciones de gestión
gubernamentales evidenciadas en los ordenes económico, político, social; en el
intercambio entre los pueblos y, en la integración de Latinoamérica, que dicho
sea de paso, es un elemento imprescindible para el desarrollo integral de
la región. Accionar que le ha permitido a esa camada de de jóvenes
presidente alcanzar los niveles más alto de popularidad y valoración
positiva en las Américas.
Contrario a épocas pasadas, donde
presidentes de factos y dictaduras militares ostentaron el poder político por
décadas, mediantes los golpes de Estado, la imposición y
la represión política, en cambio, la nueva corriente que descolla en
Latinoamérica que integran jóvenes presidentes han surgidos
de elecciones libres y democrática y con gran apoyo popular. De los cuales
sobran los ejemplos.
Esas democracias lideradas por
presidentes progresistas de América Latina no están libres de amenazas.
Sectores económicos y políticos retardatarios internos y externos están al
acecho, esperando la oportunidad para hacerlas fracasar. Posibilidad que tiene
un medio de cultivo favorable representadas en las debilidades de
las instituciones de los Estado en cuestión.
Es por eso que la reelección
presidencial se erige de modo contrapuesto a las pretensiones de
esos sectores. Es lo que estimula, entre otras cosas, el planteamiento del
presidente ecuatoriano Rafael Correa, altamente valorado, para optar
por un cuarto periodo presidencial. El presidente correa, refiriéndose al Ecuador,
ha expresado: hay una restauración conservadora en marcha que pone en peligro
los avances que el país ha tenido en los últimos 7 anos: 1) Rescato de la
estabilidad, 2) Programas sociales masivos, 3) Grandes obras de
infraestructura, 4) Campana permanente de intercambio con los sectores de la
vida nacional y 5) La división de la oposición.
Los argumentos que asume el
presidente ecuatoriano le abrogan todo el derecho y el mérito para
optar por periodos presidenciales consecutivos en su país. Por eso, está
implementando y solicitando dentro del marco jurídico de la
Constitución ecuatoriana al poder legislativo una enmienda constitucional
o una consulta popular o plebiscito para seguir gobernando su país, como nunca
antes lo había hecho otro presidente.
Hemos reseñado sucintamente el
quehacer político en América Latina, tomando como referente el
Ecuador. Y lo hacemos, porque el ejemplo es un auxilio para
la compresión de lo que se quiere explicar y, el Ecuador por la
similitud de lo que está ocurriendo en República Dominicana, es el mejor
referente.
El presidente Rafael Correa, reelecto
presidente por tres periodos presidenciales consecutivos, es un político de
mucho prestigio en su país y también en el ámbito internacional. Había
expresado que no volvería a repostularse a la presidencia de la república
ecuatoriana, sin embargo, la realidad que vive su país y el clamor popular lo
han hecho cambiar de opinión. El presidente Correa esta en los preparativos
pertinentes para lanzarse en busca de su cuarta reelección presidencial
consecutiva.
También, a todo lo largo y ancho de
la República Dominicana han surgido foros clamando la reelección del presidente
Danilo Medina. Es un fenómeno político nuevo que crece cada día. El presidente
debe de poner el oído en el corazón del pueblo.
Señor presidente, si el presidente
Correa aspira un cuarto mandato presidencial ¿Por qué usted no puedes aspirar a
uno más?
“La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios” Juan Bosch
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