Ubicado en
Yo recuerdo que junto a mis amigos de infancia Iván Rodríguez Saldaña, Leonardo Lembert, Luis y Augusto Moreta, Lulún, Ciprián Espinosa, Carlos Vidal Lassis, Américo Melo, Rafelito Trinidad y otros, jugábamos “caballito” montados en el cañón y otras veces “hacíamos la guerra”.
Muchas veces estando en el parquesito (hoy parque temático), jugando al topao, joyero, topi-topi o al escondío, alguien gritaba: el primero que llegue al cañón !!! y salíamos juyendo como el diablo para ganar la carrera.
Nuestros mayores al pasearnos por el malecón barahonero, al señalar el cañón siempre nos recordaban los acontecimientos ligados a sus patrióticas descargas. Por eso, todos los niños queríamos nuestro cañón. Crecimos admirándolo.
Lllegado a este punto, muchos dirán, pero cual es la verdadera historia del dichoso cañon?
Como se sabe en todo conflicto bélico se entrecruzan verdades con leyendas. Actos heróicos son proyectados a las futuras generaciones con intensidad y dramatismo, para que en caso de que las circunstancias lo requieran, los presentes sepan defender con las armas su patria, como anteriormente lo hizo la juventud dominicana en 1844, 1863, 1916 y 1965.
Combate del 8 de Febrero de 1864
Nuestro país había sido entregado por Pedro Santana a España en 1861. Las falsas promesas “de progreso” que se comprometió cumplir, no se concretizaron, a lo cual se sumó la arrogancia del ocupante español. El disgusto cundió y la libertad que los dominicanos habían logrado luego de 12 años de combate con Haití, encendió la locomotora del combate, se incendió la patria y el español fue expulsado para siempre.
Desde 1863 militares, intelectuales, hombres y mujeres, junto a la mayoría del pueblo dominicano se enfrascaron en todo el suelo patrio en una cruzada para expulsar al invasor, que cubrió todo nuestro territorio. Para ello apelaron a toda forma de resistencia, tácticas de combate y habilidades frente al enemigo.
Juan Bosch en su obra sobre
No obstante estas condiciones, así se derrotó al invasor ¡!!!!
Por doquier sufría el enemigo terribles pérdidas. El Sur era una verdadera fragua, razón por la cual estratégicamente los españoles deciden realizar una ofensiva militar en un intento de tener bajo control esta parte del país en el marco de su estrategia global de cercar y sofocar el gobierno restaurador con sede en Santiago.
El General José de
Mientras tanto, los patriotas barahoneros acantonados en la ciudad, libraban un duelo a cañonazos contra dos barcos de la marina española. Se trataba de los buques Isabel La católica y Marqués de Comillas, ambos armados con buen número de cañones y excelentes artilleros. Nuestros compueblanos disponían únicamente de tres cañones, uno de los cuales-el más viejo-había sido reparado en esos días, con motivo de unas festividades. Fue precisamente esta pieza, la que logró hacer blanco en el barco Isabel
Los barahoneros se dispersan por las lomas cercanas, entonces bajan tropas de las embarcaciones y se encuentran con el ejército de
“Al notar los españoles que los patriotas habían abandonado la plaza, se acercan más y proceden a desembarcar sus tropas. Revisan todo el lugar, buscan con qué fue dañado el Marquéz de Comillas y exclama el sargento Zorrilla: aquí, está, mi General, con este fue que dispararon. Se le huele su boca y ciertamente fue el causante. El General
Sobre la marcha de
Como bien señaló Matías Ramírez, el histórico cañón pasó décadas sepultado bajo el mar barahonero. Sin embargo, la suerte de la pieza comienza a cambiar cuando en una sesión de
Sin embargo, fue casi un año después, cuando se dio cumplimiento a esta disposición, tal y como puede apreciarse en esta información del Listín Diario correspondiente al 16 de Junio de 1933:
El arma fue montada en una base de concreto cerca de la playa Miramar (en las cercanías del inicio de la calle Uruguay). Pero en la sesión realizada por las autoridades municipales barahoneras efectuada el 29 de Junio de 1934, se da lectura a una comunicación del Sr Julio Coiscou solicitando a ese organismo que resuelva desmontar el cañón histórico que se encuentra en un solar de su propiedad, por tener que vender ese predio. Se le respondió que el Ayuntamiento “no intervino en la montura del referido cañon y que por tanto no puede tomar ninguna acción tendiente a ser desmontado”.
A pesar de esta declaración, en un reporte anual del Cabildo correspondiente al segundo semestre de año 1935 leemos como actividad realizada: “Pintura con Minio al cañón histórico y limpieza y arreglo al parquesito donde está emplazado”. El Minio es una pintura color rojo-anaranjado de óxido de plomo. Se utiliza pararecubir piezas de hierro para protegerlo.
Es bueno precisar que el cañón ha sido movido de lugar en varias ocasiones. En función de los cambios de propiedad del sitio donde originalmente fue instalado, como consecuencia de la expansión urbana de la ciudad, la construcción del PASEO MIRAMAR y luego con la construcción de la avenida Enriquillo. Posteriormente ha sido desplazado en otras ocasiones, hasta ocupar el sitio donde actualmente se encuentra, cerca del parque temático. Su ubicación actual no es propia de un monumento de su significación histórica. Parece formar parte de un quiosco. No es posible que un ícono del glorioso pasado barahonero, esté en esas condiciones.
Contrario a las atenciones que le dispensaron nuestras autoridades gubernamentales y municipales hace 80 años, este monumento hoy es un lugar anodino, sin significación alguna para los transeúntes y visitantes de otros lugares. Un quiosco irreverente situado a su lado, le quita toda solemnidad al glorioso cañón. Esto debe corregirse.
Barahona tiene un pasado glorioso. Ha hecho sus aportes a la patria desde 1844 hasta la fecha. Es tiempo de que nuestras autoridades locales “se pongan los pantalones” y se aboquen a construir una PLAZA DE
De igual modo, deben reconocerse las acciones patrióticas de los cabraleños, los salineros, los enriquilleros y el hombre del valle de Neyba, a favor de la dominicanidad. Placas y monumentos debieran ser levantados en dichos lugares. Nuestros montes, ríos y montañas, fueron por siglos territorio de hombres libres. Nuestro Sur ha sido muy castigado por su rebeldía. Por eso nos da mucha lucha conseguir la atención de los gobiernos.
El barahonero y la barahonera históricamente han sido generosos y colaboradores con las buenas causas. Desde finales del siglo XIX y durante gran parte del XX, nuestros antecesores fueron activos contribuyentes a favor de la construcción de obras de servicio a la comunidad. Se formaban comités de apoyo a la construcción del parque central, del Palacio Municipal, del reloj público y la iglesia católica, entre otros. Si gente seria asume la construcción de PLAZA DE
Azua y San Juan de
SAN JUAN DE
DUVERGÉ TIENE PLAZA PARA HÉROES Y ESTATUA CACIQUE ENRIQUILLO
En el MUSEO DE LAS CASAS REALES,
AZUA TAMBIÉN HONRA SUS PATRIOTAS
Por doquier en nuestra provincia pueden ser colocadas placas y pequeñas plazas adornadas con la bandera nacional, para honrar nuestros valerosos antepasados. Es necesario que las pasadas, presentes y nuevas generaciones conozcan su historia. Frente a
Vamo a vé mamá
Vamo a vé el cañón
Lo tienen sembrao
En el malecón
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