Por: Werner Darío Féliz
He leído con avidez el artículo del amigo Virgilio Gautreaux. Hay que considerar este magnífico escrito como un documento paradigmático, principalmente porque Don Virgilio toca temas de transcendencia local poco tratados, que su visión de economista e historiador le ha permitido captar, estudiar, opinar y recomendar.
En este artículo, el autor no solo realiza un excelente, argumentado y sustentado recuento de procesos históricos tocantes a Cabral, sino que tales los proyecta hacia el futuro y los coloca en perspectiva con la actualidad, realizando un trabajo de comprensión del presente sobre la base del análisis del pasado, que es la esencia de la investigación histórica. Somos lo que somos por nuestro proceso particular de formación de identidad local.
En el artículo, por tanto, Don Virgilio no realiza una secuencia simple de hechos, sino estudios de procesos económicos y sociales, que buscan situar a Cabral como una comunidad progresista, de hombres trabajadores, la que, a lo largo de su historia, se ha enfrentado a cambios radicales sin sucumbir, logrando transformar adversidades en beneficios. Así, a partir de tal comportamiento social y económico, le espera un futuro promisorio.
A partir de lo planteado por Don Virgilio, el Cabral del siglo XXI emula su pasado: tiene unas ocho veces más su población de 1920 (en 1920 estaba dentro de las pocas ciudades del país con más de 1,000 habitantes) y proyecta su comercio en consonancia con su población. Si analizamos las estadísticas comerciales del pueblo en los últimos cien años, nunca como ahora Cabral ha tenido mayor nivel comercial.
Se podría considerar que Don Virgilio cae en el determinismo, pero no es así, el proceso histórico analizado por él son las consideraciones que justifican el prominente futuro de Cabral y lo llevan a reflexionar que está indefectiblemente destinado al progreso y al desarrollo social. El pueblo crece, con él su comercio, los servicios, los empleados y ha sido un crecimiento tangible, palpable, demostrable, pero poco explotado.
Más que un clamor para que se instale un Banco de Reservas en Cabral, Don Virgilio llama a su gente a sentirse identificados con su proceso histórico-social y sobre la base de dicho proceso, proyectar cambios hacia los próximos años, dentro ellos la búsqueda de la instalación de ese banco.
Se desprende que Don Virgilio, si bien un banco es necesario, más lo es la revaloración de la cultura y la gastronomía, la redirección de la economía, el cuidado de los recursos naturales, la identificación local con el desarrollo colectivo de la comunidad, la unidad de todos los cabralenses detrás de un objetivo común, la explotación de los fuertes productivos, el fortalecimiento de su comercio, los incentivos para las inversiones y el aprovechamiento de Cabral como eje central de los pueblos suroestanos en ruta, por su vía, hacia Barahona.
Hay que unir este artículo con uno anterior de su autoría, relativo a los recursos turísticos de Cabral y considerar que el potencial y proyección económica del pueblo tiene variantes diferenciadas, que lo sitúan como un espacio de inversiones y riquezas, pero solo en la medida de que se trabaje para ello desde los diferentes sectores: público y privado.
Más allá de la instalación de ese tan necesario banco, que bien contribuiría a centralizar y dinamizar procesos económicos regionales, es urgente que Cabral comience a redireccionar sus inversiones para fortalecer su comercio, explotar sus recursos culturales, turísticos y agrícolas, captar el mercado que desde los pueblos circundantes hacen vida económica en Barahona y proyectar dichos atributos en el ámbito regional y nacional.
En hora buena Don Virgilio y gracias por tales consideraciones sobre nuestro amado pueblo Cabral.
"I always tell the truth, even when I lie"
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