Por Juan Guilliani Cury
Al leer la información en el vespertino El Nacional de que el presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, cursó una visita de supervisión a los trabajos de construcción del Centro Regional Universitario del Suroeste que se construye en la ciudad de Barahona, el jefe del Estado, prometió que dicho centro académico estaría listo para el mes de agosto de 2012, obra que sería un regalo en honor de su madre, Yolanda Reyna, quien es oriunda de esa ciudad.
Esta columna cuyo objetivo es contribuir modestamente con los propósitos de progreso y desarrollo del pueblo dominicano, piensa y sugiere, que esa moderna edificación que favorecería a jóvenes de la región para su formación universitaria, lleve el nombre de Yolanda Reyna. Debemos imitar a grandes naciones como los Estados Unidos donde el Estado reconoce a sus dirigentes y estadistas que han gobernado los destinos de esa Nación, con obras físicas que lleven sus nombres o insignias.
Hace poco, la administración demócrata de Barack Obama, lanzó al agua el súper moderno portaaviones George H. W. Bush, en honor al ex presidente republicano del mismo nombre. También nos hacemos eco de una propuesta que ha formulado el economista Virgilio Gautreaux, hermano menor del ex fundador del PLD y hoy alto dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Bonaparte (Kabito) Gautreaux Piñeyro, en el sentido de que en la comunidad de Cabral, en la misma provincia de Barahona, se instale una sucursal del Banco de Reservas, que es el banco comercial del Estado dominicano, para contribuir al movimiento económico de esa comunidad.
Esta oficina bancaria beneficiaría también a pequeñas demarcaciones, como Polo, El Peñón, Cachón, Las Salinas, Cristóbal, Mella, La Lista, El Naranjo y los Saladillos, entre otras poblaciones. La sugerencia de Virgilio no debe caer en oídos sordos y que pronto veamos a los habitantes de esas laboriosas comunidades, contar en Cabral con una entidad bancaria comercial que les asista y apoye en sus transacciones y negocios comerciales. Convertir esto en realidad, ayudaría al progreso de esas olvidadas comunidades tan dominicanas como las demás de nuestro territorio.
"I always tell the truth, even when I lie"
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