Hace aproximadamente una década, pasé la difícil situación de estar hablando por teléfono con mi padre al momento de que a éste le estaba aconteciendo en ese instante un accidente cerebro vascular. Mi padre que como gran parte de los dominicanos no tenían la cultura de las revisiones médicas periódicas, había sentido síntomas extraños en su mano derecha desde las seis de la mañana de ese día y como hombre valiente se aprestó a conducir unos 15 kilómetros hasta el centro asistencial que consideró más adecuado de la subregión de Barahona. Al llegar al centro de salud optó por comunicarle al médico que me llamara a Santo Domingo, y precisamente en ese instante le estuvo afectando el comúnmente llamado derrame.
Cabe destacar que por la atinada decisión de mi padre en dirigirse en lo inmediato al centro de salud, y por las atenciones el derrame lo afectó en menor grado de lo que comúnmente ocurre. Aunque se recuperó en un (75%) al cabo de unos (7) meses, fue un trance difícil para tanto para él como para mi familia el ver a un hombre fuerte, roble activo, enérgico y de carácter inigualable, diezmado en su manejo motriz del brazo y la pierna derecha y sobre todo su destreza del habla.
Desde hace algunas semanas los medios de comunicación han otorgado gran importancia a la información del nefasto y lamentable accidente cerebro vascular del excelso comunicador Yaqui Núñez del Risco; este manejo informativo solo ha reseñado aspectos de estrategia medica de los galenos que le han atendido, sin embargo la mayor parte las informaciones solo hablan del proceso en el hospital, y han sido tangenciales sobre los aspectos preventivos y han dejado de lado las informaciones sobre los alarmantes aspectos estadísticos que se traducen de ésta enfermedad en todas las regiones del país.
Esta situación me hizo reflexionar sobre la cantidad de conciudadanos de la patria de Duarte que no tenemos la debida instrucción sobre aspectos básicos de salud y, esto conlleva a que los dominicanos estemos en el pronóstico de padecer enfermedades como los accidentes o infartos cerebro vasculares como es el caso de Yaqui Núñez y también de la ilustre comunicadora Socorro Castellanos; es evidente que como sociedad, solo le ponemos caso a estas situaciones cuando le ocurren a alguien conocido o notable, como es el caso de estos colosos de la comunicación.
Coincidentemente en estos lamentables acontecimientos sucedidos a estos insignes comunicadores, se produce la terrible enfermedad limitándole la facultad de expresión, herramienta principal de dos figuras dominicanas que tienen sin dudas la mayor destreza oral y cultural de la comunicación en toda esta región caribeña y Latinoamérica.
El impacto de la situación de haber vivido la situación con mi padre me ha motivado sin ser facultativo de la medicina a investigar en estos años sobre las causas y posibles prevenciones de este mal. Para lo cual le externo las siguientes consideraciones:
Los accidentes cerebrales como se les llama fundamentalmente son de dos tipos:
1.Están los que son de carácter isquémicos.
2. Están los de carácter hemorrágico, que son los famosos derrames.
Los isquémicos (la isquemia es la disminución o falta de irrigación de un tejido) ocurren por obstrucción de los vasos sanguíneos, para lo que hay diversas causas, pero generalmente debido a un trombo que no es más que sangre coagulada que tapa los pequeños vasos arteriales que irrigan el cerebro; esos coágulos con frecuencia se producen fuera del cerebro y viajan como émbolos hasta quedar atrapados en un pequeño vaso (de ahí el término "trombo - embólico").
Muy frecuentemente provienen del corazón a causa de la saturación de azúcar y grasas, lo que rompe el flujo normal de la sangre y causa turbulencias que tienden a producir esos coágulos. El asunto es que, a través de la sangre es que llega a los tejidos el oxígeno y los demás nutrientes que requieren las células para poder mantenerse funcionando, al Cesar la llegada de los nutrientes la célula muere.
Los de carácter hemorrágico ocurren por la rotura de un vaso sanguíneo, secundario a hipertensión arterial o debilitamiento de las arterias que causan aneurismas, o ambas cosas.
El mecanismo es distinto y las causas también, por lo general también sus manifestaciones y consecuencias, así como su tratamiento. El daño en este caso es muchas veces por compresión, debido a que dentro del cráneo no queda mucho espacio donde alojar nada; así que el "derrame" de sangre comprime las estructuras adyacentes produciendo el daño cerebral.
La cosa es que en los de tipo isquémico, pueden usarse fibrinolíticos que son sustancias capaces de destruir un coágulo sanguíneo, y en este caso los médicos no orientan adecuadamente a la población pues no les conviene que los pacientes usen este sistema de medicamentos que drenan la sangre, que muchas veces, puede ser preventivo.
Así que Cabraleños ahí les indico, sin pretender ser medico algunas sugerencias:
*Evitar tabaco y alcohol. Insisto, Nada de Clerén
*Hacer ejercicio físico. Caminen tanto en posición vertical como horizontal, ok.
*Evitar sobre peso y obesidad. Oíste Gran papa.
*Hacerse análisis sanguíneos periódicamente.
*Señores, hay que ir al medico
*Comer con poca sal. *Comer con Limón
*Evitar cantidades de grasas saturadas y azúcar. (Harina, sopita, Chicharrones, excesos de dulce y excesos de azúcar en los jugos).
*Controlar la tensión o presión arterial y los piques
*Y Sobre todo comer mucha, pero mucha “Viejaca Sancochá”.
Colaboración del eminente medico Dr. Mario Díaz.
"Siempre digo la verdad, incluso cuando hablo mentiras"
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