Vivian Lubrano de Castillo.
“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”.
Debo confesar ante todo el progresivo desgaste de la admiración ya no devoción que sentía por la figura del príncipe.
Pedro Franco Badía.Y debo confesar la gran complejidad y contradicción que surge de mis adentros para abordar el tema de los inadecuados indultos otorgados hace unos días por el hijo de villa Juana a deleznables personeros del desfalco y la corrupción; y esto sucede ya que he sido desde que me engendraron un abanderado irrestricto en defender el concepto “Libertad”.
Creo ante todo en la libertad, creo en la importancia de que alguna autoridad humana en la tierra como lo es un presidente, pueda ser el canal de lo divino para enmendar con el indulto, las injusticias legales y penales que se aplican a ciudadanos a los cuales se le restringe la libertad cuando la merecen, pero rechazo los indultos comprados o negociados a los delincuentes del transporte y la banca, cuando a diferencia, se ignora a la gran mayoría de internos en el sistema carcelario dominicano con delitos cometidos mucho menores que los que hicieron los que hoy se indultan.
Establezco lleno de pena y decepcionado de los amarres y negociaciones que se han debido dar para que desde el palacio se emitan esos indultos, pues es colectivamente sabido que esos imberbes que se indultaron son más ladrones que los gatos. Esas malsanas gracias presidenciales, tergiversan el sentido intrínseco del concepto indulto, y lo convierte directamente en “indulgencia1”.
Establezco príncipe, luego de cenar en noche buena atragantado con cámara de cuentas e indultos, y felicitándole en su cumpleaños, que la libertad humana debe ir a la par con el concepto moralidad y la equidad, fuera de las componendas políticas, entendiendo el verdadero sentido ético de libertad; de no ser así se convierte directamente en libertinaje y eso es lo que parece ser gran parte de este gobierno.
Establezco al más permisivo príncipe de la historia, aunque no se ahora si luego de estos absurdos indultos y los largos apagones en plena navidad si se convierte en “príncipe de las tinieblas”, que parece respetuosamente su majestad, que no ha entendido que como nación debemos restringir algo de “libertad” a algunos criminales, corruptos y funcionarios para poder preservar el resto de ella.
1. INDULGENCIA: Facilidad en perdonar o disimular las culpas o en conceder gracias. Compra del perdón. Se conoce como indulgencia, la compra del perdón que se establece con el rito dantesco que generan los ganaderos de Higuey, provincia la Altagracia, los días 21 de Enero de cada año, que ofrendan y sacrifican a filo de puñal derramando la sangre de becerros y dan aportes de dinero en metálico con anuencia de la iglesia católica, para que se les perdonen sus pecados ante Dios, la sociedad y la humanidad.
"Siempre digo la verdad, incluso cuando hablo mentiras"
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