Hago propicia la ocasión para relatar la historia de una familia con la cual la mía mantiene vínculos desde hace casi 100 años: Mi padre heredó de mi abuelo Virgilio una profunda amistad con la familia Eysallenne Nouel y descendientes Eysallenne Medina, mis hermanos y yo hemos continuado esa relación que crece con el tiempo.
Procuro en la medida de lo posible resaltar lo que en mi opinión representa un VALOR en la familia Eysallenne, el significado de la solidaridad, el sacrificio y el compromiso en una sociedad que ha perdido mucho lo que esta familia con orígenes Marroquí, francés, haitiano y dominicano mantienen.
José Altagracia Ambrar Eysallenne Nouel, nació en Cabral a principios del 1900, su nacimiento junto a sus hermanas Lelys y Delmira se produjo en el solar donde hoy está el Palomar de mi tío Antonio Barahona. Sus padres cuyos nombres no recuerdo, sólo el mote de Bobó con el que se conoció al progenitor, habían llegado desde Haití, país en el que el padre de este había servido como Oficial del ejercito Frances.
Los años de infancia de los 3 hermanos Eysallenne Nouel transcurrieron en el Cabral querido, caminando por sus polvorientas y estrechas calles, visitando las pocas familias que habitaban allí, relacionándose con los niños de su generación, mientras su padre aprendía el oficio de Zapatero, lo que después le permitió mantener el hogar y educar modestamente a sus vástagos.
Amblado nombre español con el que mas se identificaba al personaje que hoy doy a conocer, me hablaba de los amigos e hijos de estos con los que la familia se relacionó. han pasado muchos años desde la desaparición de sus padres, pero él y sus hermanas conservaron buenas relaciones con descendientes de esos viejos amigos. Así podemos mencionar a Sendero y familia, Mon, Lucas, Elio, Alberto y Pupa Fernández, Octavia y Beca Fernández, Pablo Urbáez y su Hijo Ramón, Zaida taboto, Julio Simeona, Vitica y Guarionéx Olivero, Ñengue Olivero y David E.Olivero, Blasina, Pedro Gómez e hijos, Hortensia Cabuya, Pedro y Maria Larancuent, Jacobo Curi, Cerame Curi, Lorenzo, Magué y Salvador Urbáez, Miguel y Hnas Vásquez Fernandez, Tomas y Miguel Silvana, Lion Payon, Carlitico Baez, Nidia Velásquez, Abrahán, Benardina (Nona) y sus hijos Virgilio y Generoso Feliz N. Francisco Feliz(PABILO),Bienvenida Medina (Dorca) Cesar Fco. Feliz (Quico) Milagros Feliz (picha) María Consuelo Feliz (MARIHITA) Tata Olivero y Fortuna Fernández y otros que mi memoria no alcanza a recordar.
Recuerdo que Don Amblado, cuyo nombre conocía desde pequeño, me daba un paseo virtual por el Cabral que conoció, con sus gentes, costumbres y paisajes, su riqueza hídrica. Para mi era enriquecedor conversar con un hombre de su experiencia, sapiencia, valores y buenos modales, era un libro abierto. Me contaba que su familia volvió para Haití y que siempre regresaba a Cabral de paso hacia Higuey para el 21 de enero, pues era devoto de la Virgen de la Altagracia, en ese paso procuraba encontrarse con los amigos de sus padres que también los eran de el, entre estos mi abuelo Virgilio. Fue en unos de esos viajes que conoció a quien seria la madre de sus hijos. Doña Mercedes Medina, nativa de San José de Ocoa, de ese matrimonio el primer Hijo, Víctor, nació y fue declarado en Cabral, los demás en Haití, donde regresó para estar con sus padres y hermanas, allí nacieron sus demás hijos, allí fallecieron sus padres y también allí recibió un mandato patriarcal cuyo compromiso cumpliría y transmitiría a sus hijos.
Amblado que ya había procreado 7 hijos prometió a su padre moribundo que cuidaría de sus hermanas Delmira y Lelys, es así cuando luego de servir al gobierno haitiano se muda a santo domingo y trae consigo además de esposa e hijos a las 2 hermanas que solteras para siempre había prometido proteger, situaciones de conveniencias lo hacen ir y venir de Haití, hasta que finalmente establecerse en la capital, para entonces 3 de sus hijos logran hacerse profesionales e incorporarse a la vida productiva. Delmira y Lelys ayudan en las tareas domesticas y se convierten en segundas madres de los sobrinos que agradecidos le manifiestan amor.
Emigrar es del hombre, buscamos horizontes donde encontrarnos mejor. Llega el tiempo de viajar y así los hijos se van primero, para los padres hay que esperar regularizar el status migratorio, el tiempo vuela, se va la madre, el padre se resiste a dejar a las hermanas, no puede marchar, hizo una promesa al padre querido y debe cumplir, ya ellas entraron en edad, no se casaran, ni siquiera novios tienen. Así se fue quedando, nunca viajó. Ya los hijos le dieron nietos, van y vienen, así también doña Mercedes, pero las hermanas no pueden viajar el tampoco y así se fue quedando, le tocó despedir a su hermana Elmira confinada en silla de Rueda desde hacia un tiempo, diría que descansó de sus quebrantos. Lelys y el quedan solos, testigos del ir y venir de los que a Estados Unidos se fueron con la esperanza de juntar la familia allá, pero hay una promesa.
El tiempo y esa semi-soledad hicieron mella en la anatomía de Amblado, ya no eran tan frecuentes los viajes a Cabral, murieron sus amigos Salvador Y Fortuna y fue a despedirlos, años mas tarde me tocó representar a papá hospitalizado, en la despedida de quien había sido casi un padre para el y una especie de tio-abuelo para nosotros que siempre le visitamos en su casa del sector de honduras, Cabral tenia que hacer presente ante un hombre que junto a Cerame Cury, Constantino Cury y otros Cabraleños fundaron a finales de los 60 la Asociación de Cabraleños Ausentes, la cual buscaba contribuir con la solución a los males del pueblo de entonces. Ramón Urbáez; Nuris Gómez Y Pedro Larancuent trataron sus dolencias, David pronunció el panegírico en nombre de un pueblo al que Amblado amó. Así tenia que ser, 4 ilustres Cabraleños ante un digno hijo, padre y hermano.
El tiempo ha pasado, Lelys tiene 104 años, con menos edad la llevé varias veces a su añorado Cabral, ya sus noches son para exclamar a padres y hermanos con quienes conversa en su estado de demencia senil.
La Promesa continúa.
Desde hace varios años voy y vengo cada 3 meses al aeropuerto a buscar o llevar a Max, Franc e Hilda Eysallenn Medina, el primero tiene 72 años, el segundo 74, Hilda ya cumplirá los 70. Ellos también recibieron el pedido de su padre Amblado de no abandonar a Lelys y lo hacen mas que por obligación, por amor a sus ancestros y todo lo que representa para ellos LA FAMILIA. El sólo hecho de viajar continuamente los coloca en riesgo y supone un sacrificio en tiempo y dinero extraordinario que por la edad que tienen no recuperaran. La paciencia y el amor están a prueba, tener que atender a una anciana de mas de 100 años desvelarse cada vez que Lelys "habla" con sus padres y hermanos, limpiarla, bañarla, y alimentarla cuando no tienen trabajadora, como pasa en estos momentos en que Franc está aquí, estar encerrados en una casa porque deben estar atentos a cualquier cosa eso queridos amigos no es fácil, esa solidaridad ,ese compromiso hoy no se ve en nuestra sociedad, los ancianos si no es que están arrinconados en casa de un familiar que decide auxiliarlo, a veces no son los hijos que los tienen, están en la calles buscando que le extiendan la mano, en un asilo muriendo de indiferencia con su historia a cuesta.
Las bases de la familia Eysallenne esta fundamentada en VALORES FUERTES, han mantenido las relaciones que sembraron sus padres, abuelos y ellos mismos hace varias décadas. Respetan y Cuidan su pasado familiar, sus amigos y lo que estos representan en la construcción de una mejor sociedad.
A mis hijos les tengo identificado la familia y los amigos para que le guarden el cariño y respeto del que son acreedores. Resaltemos las cosas positivas de las familias, respetemos la integridad Moral las personas, Volvamos a las buenas costumbres cívicas, Fundemos nuestros hogares con principios firmes, Protejamos a Nuestros ancianos, ellos tienen historias que contar, Respetemos el derecho de los demás, Resaltemos las buenas acciones.
Posdata: La lectura de lo anterior es libre, usted JUZGUE.
Melchor Feliz.
"Siempre digo la verdad, incluso cuando hablo mentiras"
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